Fortalezas:
A sus 31 años, Kevin De Bruyne llega al Mundial en el mejor momento de su carrera. Tercero en la votación al Balón de Oro y elegido el mejor jugador de la Premier League en dos de las últimas temporadas, el centrocampista del Manchester City será el líder de Bélgica con su visión de juego, disparo preciso y liderazgo en la cancha. A su vez, Thibaut Courtois se ha convertido en el mejor portero del mundo y es un seguro de vida debajo de los tres palos.
Es la última oportunidad en una Copa del Mundo para la “generación dorada”, que ha estado cerca de dar el gran golpe en las últimas dos ediciones: en 2014 sucumbió ante Argentina en cuartos de final y en 2018 cayeron en semifinales contra Francia, en ambas ocasiones por la mínima diferencia.
El seleccionador español Roberto Martínez lleva seis años al frente de los “diablos rojos” y conoce perfectamente a un plantel que podría contar con hasta seis jugadores con más de 100 partidos internacionales
Debilidades:
Varias de sus principales figuras no pasan por su mejor momento. Romelu Lukaku, su referente en el ataque, ha atravesado un calvario con las lesiones en su regreso al Inter de Milán; mientras Eden Hazard no ha podido recuperar su mejor forma y cada vez cuenta menos en el Real Madrid.
No han aparecido nuevos talentos en la defensa y volverán a depender de veteranos como Jan Vertonghen (35) y Toby Alderweireld (33), cuyos mejores años ya han pasado y queman sus últimos cartuchos en la liga de su país con Anderlecht y Royal Antwerp, respectivamente.
Aunque su juego les ha convertido en un candidato habitual en las últimas citas internacionales (actualmente son segundos en el ranking FIFA, solo por detrás de Brasil), históricamente ha sido un grupo con escasa fortaleza mental en los momentos decisivos y sin resiliencia para sobreponerse a situaciones adversas.
Con De Bruyne en el equipo es imposible no ilusionarse con Belgica