Fortalezas:
España ya no cuenta con históricos como Sergio Ramos, Piqué, Iniesta o David Silva, sino que ha llevado a cabo un proceso de renovación, en el cual destacan los centrocampistas del Barcelona Pedri y Gavi -de 18 y 17 años, respectivamente-, que son los dos ganadores más recientes del Trofeo Kopa que premia al mejor jugador joven del mundo.
La técnica que ha caracterizado a la Roja en los últimos años se mantiene viva. La posesión del balón sigue siendo una de sus virtudes y cuentan con jugadores de calidad desde la defensa hasta las líneas ofensivas. En el último tercio, buscan acelerar el ritmo de juego y hacer daño al rival, tras haberlos desajustado con el movimiento de la pelota.
A partir del 4-3-3, Luis Enrique ha dado a España más agresividad y competitividad. Llegan con confianza tras los buenos resultados logrados en la pasada Eurocopa y la clasificación a la Final Four de la Nations League, de la que ya fueron finalistas en la edición anterior.
Debilidades:
Las decisiones de Luis Enrique son capaces de lo mejor y de lo peor. El seleccionador español morirá con su idea, como ya hizo en la Eurocopa, donde llevó a la Roja hasta semifinales; sin embargo, sus elecciones pueden ser contraproducentes, ya que obedecen más a sus ideas preestablecidas que al nivel actual de sus jugadores, tanto en la propia convocatoria como en las alineaciones.
Falta de pólvora en el ataque. Álvaro Morata, Ferran Torres, Marco Asensio, Pablo Sarabia, entre otros, no son goleadores natos y su influencia en el área depende del juego del equipo.
Unai Simón es el hombre de confianza para defender la portería. En ocasiones transmite inseguridad con su juego con los pies. Otra polémica decisión es la presencia de Sergio Busquets, quien a sus 34 años ya ha visto pasar sus mejores días y no tiene el mismo nivel que hace 12 años cuando fue campeón del mundo.
Así juega:
Mañana publicaremos nuestro análisis sobre Alemania!